El Síndrome de Asperger ha sido reconocido
en el DSM-4 dentro del TEA (Trastorno de Espectro Autista). Sin embargo,
continúa siendo un gran desconocido para la población en general e, incluso,
para muchos profesionales. Esto hace que en casos no severos se detecte en la
edad adulta o pase más o menos desapercibido.
De todo lo que podríamos decir del
síndrome de Asperger, habría que destacar que no se trata de una enfermedad.
Las personas que lo presentan tienen un aspecto físico e inteligencia normales
pero un estilo cognitivo diferente. Su pensamiento es lógico, concreto,
hiperrealista. Esto hace que sus comportamientos sociales resulten en ocasiones
disfuncionales y tengan problemas para relacionarse con los demás.
Una adecuada identificación y atención
temprana, un buen ambiente familiar y una adecuada respuesta educativa son factores
que predicen un mejor ajuste social, personal y emocional en la vida adulta.
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